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domingo, 28 de septiembre de 2014

Milan Kundera - La fiesta de la insignificancia

El autor: http://es.wikipedia.org/wiki/Milan_Kundera



Reseña: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/08/27/babelia/1409135074_152924.html

Algunas citas del libro: 

“La vida es una lucha de todos contra todos. Es sabido. Pero ¿cómo puede darse esa lucha en una sociedad más o menos civilizada? No deberíamos tirarnos unos contra otros a primera vista. En cambio, intentamos proyectar en los demás el oprobio de la culpabilidad. Vencerá el que consiga hacer que el otro se sienta culpable. Perderá el que confiese su culpa.”

“El que es a la vez un intruso y un tranquilo está condenado, según una lógica implacable, a pedir perdón toda su vida.”

“Su discreción había pasado a ser afán de soledad tras sentirse herido en su vida privada.”

“Comprendimos desde hace mucho que ya no era posible subvertir el mundo, ni remodelarlo, ni detener su pobre huida hacia delante. Sólo había una resistencia posible: no tomarlo en serio.”

“Sólo desde lo alto del infinito buen humor puedes observar debajo de ti la eterna estupidez de los hombres, y reírte de ella.”

“La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia.”

martes, 23 de septiembre de 2014

Ojos y miradas


El miradólogo

A veces unos ojos son muros infranqueables
que ocultan sus secretos tras opacas miradas;
guardianes de misterios del todo inescrutables,
compactas barricadas.

Otras veces son vítreos prismáticos del alma
que muestran a las claras, como un innato espía,
el rencor y el cariño, la inquietud y la calma,
la aflicción, la alegría…

Todos, grandes, pequeños, verdes, negros, castaños,
entornados, saltones, almendrados o hundidos,
son lunas que se empañan y nublan con los años.
Ventanales activos

por donde entra la luz que esconden las paredes
y transmiten a diario sensaciones calladas;
terminales nerviosos conectados a redes
por distintas miradas.

Hay miradas perdidas, esquivas, extraviadas,
adustas, apagadas, huidizas, retraídas,
profundas, pensativas, tristes, decepcionadas,…
miradas desvalidas.

Hay miradas burlonas, alegres, infantiles,
cansadas, inocentes, tensas, conciliadoras,
medrosas, inseguras, afectuosas, hostiles,…
miradas soñadoras.

Hay miradas que matan y las hay que dan vida.
Miradas insumisas, escépticas, curiosas,
libidinosas, tiernas, de intención escondida,…
Miradas orgullosas.

Miradas que atraviesan, miradas que acongojan.
Miradas que amenazan, que estremecen, que asustan.
Miradas que consuelan, miradas que sonrojan.
Miradas que disgustan.

Las hay ensimismadas y reivindicativas.
Miradas de deseo, miradas de inquietud.
Miradas de reproche, miradas agresivas.
También de gratitud.

A interpretar miradas me he vuelto aficionado.
A descifrar arcanos con la cabeza fría.
He visto suficientes. Escribiré un tratado
de “miradología”.

© Javier Suárez Pandiello

"Ojos", por Los Suaves


lunes, 22 de septiembre de 2014

Sebastian Haffner - Historia de un alemán

El autor: http://es.wikipedia.org/wiki/Sebastian_Haffner



Reseña: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=177480

Algunas citas del libro: 

“…como efecto de la extraña habilidad que tiene mi país para crear psicosis colectivas (una habilidad que tal vez compense el escaso talento que poseen sus habitantes para alcanzar la felicidad individual).”

“Para que las verdaderas ideas se conviertan en fuerzas históricas capaces de influir a las masas en general se han de simplificar primero hasta el punto de que las pueda comprender un niño. Y un desvarío infantil, concebido en las mentes de diez generaciones de niños y anclado en ellas durante cuatro años, puede muy bien reflejarse veinte años después en la política a gran escala como ‘ideología’ mortalmente seria.”

“Si comparo las consecuencias internas que sacamos Hitler y yo del dolor vivido en común, éstas fueron para uno la ira, la obstinación y la decisión de convertirse en político y para otro el cuestionamiento de la validez de las reglas del juego, así como un pavor instintivo ante el carácter imprevisible de la vida; al hacer esta comparación no puedo evitarlo: la reacción del chico de once años me parece más madura que la del joven de veintinueve.”

“Tal vez se pueda decir lo mismo sobre la polñitica que sobre las mujeres: la mejor es aquella de la que menos se habla.”

“Hoy debo buscar expresiones abstractas para describir qué es lo que amo en este mundo, lo que me gustaría ver preservado a cualquier precio y lo que no se debe traicionar, pues, de lo contrario, se arderá en el fuego eterno: la libertad y la inteligencia humana, el valor, la gracia, el ingenio y la música… y ni siquiera sé si me entienden.”

“El 5 de marzo los nazis seguían estando en minoría. De haberse repetido las elecciones tres semanas más tarde, probablemente habrían logrado una verdadera mayoría. No sólo el terror había dado sus frutos entretanto, no sólo las fiestas habían sumido a muchos en un estado de embriaguez (a los alemanes les gusta embriagarse en las fiestas patrióticas). El factor decisivo fue que en aquel momento la ira y la repugnancia vertidas contra los propios dirigentes cobardes y traidores fueron mucho más fuertes que la ira y odio de los que era objeto el auténtico enemigo.”

“San Marx, en quien siempre habían creído, no había sido de gran ayuda. San Hitler parecía ser más poderoso. Destruyamos pues las imágenes de San Marx sobre los altares y consagremos éstos a san Hitler. Aprendamos a orar: los judíos tienen la culpa, en vez de: el capitalismo tiene la culpa. Tal vez esto nos salve.”

“Le gustaría poder salvarle la vida a Hitler alguna vez para luego decirle: ‘Muy bien. Soy judío. Y ahora vamos a sentarnos a hablar durante una hora de todo esto’…”

“El verdadero enfrentamiento subyacente y oculto por supuesto bajo un sinfín de clichés y trivialidades muy extendidas tenía lugar entre el nacionalismo y el sentimiento de lealtad al propio país.”

“El nacionalismo, es decir, la autocontemplación y egolatría nacionales, es en todas partes una enfermedad mental peligrosa, capaz de desfigurar y afear los rasgos de una nación, igual que la vanidad y el egoísmo desfiguran y afean los rasgos de una persona.”

“Todos creemos que, en realidad, el cauto arriesga exactamente lo mismo que el audaz, sólo que lo hace renunciando de entrada a la euforia de la audacia.”

“Incluso sentí cierta compasión ante las palabras de un simpático señor mayor, conservador y amante dl vino tinto, a quien en aquellos días oí decir:’Por el amor de Dios, hoy hasta es necesario luchar para defender una fe que uno ni siquiera tiene.”

“A Hitler se le atribuye la siguiente frase: ‘Todos los que desean combatirnos están prestando servicio… en el ejército del Reich’. Es una cita que contiene m´ás verdad de lo acostumbrado en las declaraciones de Hitler.”

“El hecho de que cause una felicidad momentánea no cambia nada en absoluto. La camaradería corrompe y deprava al ser humano como ningún otro alcohol u opio. Lo inhabilita para llevar una vida propia, responsable y civilizada.”

“‘Nosotros’ formábamos un colectivo y, con toda la cobardía intelectual e hipocresía propias de una colectividad, ignorábamos o banalizábamos instintivamente todo lo que pudiese perturbar nuestra autocomplacencia de grupo… éramos un Reich en miniatura.”

martes, 9 de septiembre de 2014

Enterrando a don Tancredo


Milonga del compromiso

Revisando unos panfletos
me sorprendo elucubrando…
¿Habrá ya que elegir bando
o conviene ser discretos?
Demasiados vericuetos
para sentirse remisos
para eludir compromisos…
No hay oferta sin demanda.
La ley del embudo manda
y campa por sus respetos

Periodistas de trinchera
nadan y guardan la ropa
anestesiando a una tropa
que les sigue con ceguera.
Tienen clara la frontera.
Ven la paja en ojo ajeno
(el suyo siempre es el bueno). 
No saben de diplomacia
y con brutal contumacia
nos ofrecen más madera.

El Madrid y el Barcelona,…
Políticos arribistas,…
Conversos nacionalistas
que pujan por la poltrona,…
Una estrella que ambiciona
hurtarle su sitio al sol,…
Adoradores del gol,…
Cazadores de fortunas
que le ceden sus tribunas
a aquel que les subvenciona…

Y Haití cayó en el olvido
como el tsunami malayo;
como si después del rayo
el trueno no hiciera ruido.
Como si el tiempo extinguido
nos borrara el disco duro
y uno se siente seguro
pese al Ébola africano,
ese problema lejano
que hasta ahora estaba escondido.

Y caen misiles en Gaza
sobre casas palestinas,
y hay niños con tirachinas
que son objeto de caza.
Y una madre que se abraza
al hijo que se autoinmola,
que bendice su pistola
con fanatismo integrista…
y con cada terrorista
alguien que juega su baza.


Y van ganando terreno
quienes enseñan los dientes
quienes destruyen los puentes
celebrando el mal ajeno.
Quienes esparcen veneno
y agitan bajas pasiones
usando las religiones
para excluir al vecino
en un combate divino
al que ni Dios pone freno.

Ni obispos, ni cardenales,
ni alcaldes, ni presidentes,
demasiados delincuentes
en órganos oficiales.
Sindicatos, patronales,
el patio de Monipodio,
factoría donde el odio
se produce y se transporta,
especie de arteria aorta
por donde fluye a raudales.

Y van pasando los años
y no encontramos el pulso.
Y el mundo sigue convulso
con un cúmulo de apaños.
Pastores para rebaños
se buscan con desconfianza.
Primaveras de esperanza
se tornan en negras noches
y ahora todo son reproches.
¡A  minimizar los daños!

Sin saber cómo ni cuándo,
antes, después, ahora o luego,
tras mucho jugar con fuego
ya nos estamos quemando.
Tras tanto tiempo encarnando
al español don Tancredo
ya no hay sitio para el miedo.
La antes opulenta Europa
apura la última copa.
La fiesta se está acabando.

¿Tipo duro o tipo blando?
¿El compromiso o la siesta?
¿La pregunta o la respuesta?
¿Con la ley o el contrabando?
¿Imponiendo o consensuando?
¿Transparentes o secretos?
¿Montescos o Capuletos?
¿Superstición o humanismo?
¿Democracia o populismo?
¡Es hora de elegir bando!

© Javier Suárez Pandiello

"La Poesía es un arma cargada de Futuro", por Paco Ibáñez