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domingo, 24 de julio de 2016

Después de otras elecciones...

Visto en Cuéllar (Segovia)

De "impasses", "sorpassos" y repasos

Y volvimos a las urnas.
Y se contaron los votos.
Y los puentes siguen rotos.
Y las gentes, taciturnas.
Y en las tertulias nocturnas
siempre el mismo comentario:
un gobierno es necesario.
Hay que tomar decisiones.
Hay que buscar soluciones 
fuera del argumentario.

Y los grupos, enrocados,
sin dar su brazo a torcer.
No ven o no quieren ver
la luz de estos resultados.
Obtuvo más diputados
el partido popular,
pero, puestos a contar,
con sus ciento treinta y siete
ni les da para un billete 
de ida a la barra del bar.

Y el presidente en funciones
sostiene que él ha ganado,
que la gente ha respaldado
su programa y sus razones.
Mas, contando los sillones,
no está tan clara la cuenta,
Pues, de trescientos cincuenta,
hay otros doscientos trece
que estiman que no parece 
que ha amainado la tormenta.

Y es que el jefe no se mueve
y ahora ya nadie le fía.
Y para la mayoría
aún le faltan treinta y nueve.
Y no tiene quien le lleve
de la mano a la poltrona.
No se encuentra comadrona
para tan penoso parto.
Hasta el hartazgo está harto 
y casi nadie perdona.

Ganó en número de escaños.
Es verdad. No se discute.
Pero ¿no hay quien le compute
el balance de los daños?
En los últimos cuatro años
usó sus votos cautivos
como apoyos exclusivos.
No consideró oportuno
buscar consenso ninguno 
con grupos alternativos.

Bastaba su propia tropa
para aprobar sus medidas,
aun las más controvertidas,
¡Es lo que nos manda Europa!
Y a falta de viento en popa
(como no era necesario)
su grupo parlamentario
fue imponiendo sus criterios
rudamente, sin misterios, 
casi siempre en solitario.

Víctima de fuego amigo
fue quebrantando promesas,
alcahuetando alcaldesas,
predicando sin dar trigo.
Y, mirándose al ombligo,
atribuye en un pis pas
el pecado a los demás:
Albert es un pobre iluso,
Pedro un medroso confuso 
y Pablo otro Satanás.

Y les exige que avalen
su derecho a gobernar,
sin una coma cambiar,
más bien que se lo regalen.
Que de balde le apuntalen,
aunque no exista partido
que no haya comprometido
cambios con sus electores,
de políticas y actores, 
después de lo que han sufrido.

Ciertamente fragmentado
el parlamento vigente,
el mandato de la gente
no es mirar para otro lado.
No está el pueblo equivocado
cuando el poder ha diluido.
Dos veces ha decidido
que el rodillo se ha acabado,
que enredarse en el pasado 
hoy ya no tiene sentido.

Y algunos siguen rumiando
la derrota del “sorpasso”.
Y ante tamaño fracaso
 responden acelerando.
Otros andan transitando
entre la espada y el muro.
Nadie se siente seguro…
Se abusa del postureo…
Muchas balas de fogueo… 
Demasiado claroscuro...

Si en los partidos se olvida
el sentir de sus votantes,
y es sólo de militantes
la única voz que es oída,
seguirá abierta la herida
por la que se va el sufragio.
Y es más probable el presagio
que augura nuevos reveses.
¡Con votantes feligreses 
más cerca estará el naufragio!

Y habrá que buscar por tanto
la alternativa factible.
Habrá que echar combustible
para evitar el quebranto.
Desterrar el desencanto
que produce la certeza
de que hace falta franqueza.
Romper el inmovilismo,
alejarse del abismo 
y pensar con la cabeza.
Y aprender a conciliar
otras sensibilidades,
establecer prioridades
y ceder para avanzar.
Y para regenerar
enterrar la corrupción,
reformar la educación
y las leyes laborales,
los temas territoriales, 
apuntalar la nación...

Y olvidar las adhesiones
a líderes como iconos,
que esto no es juego de tronos,
ni aquí hay madres de dragones.
Hay que buscar soluciones
a este sudoku variable
que en este mundo inestable
y en este tiempo moderno
ya dejó de ser eterno 
hasta lo irreconciliable.

Aunque sea azul el cuaderno
y el presidente tristón
hoy también la oposición
puede ejercer el gobierno.
Pregunto desde este infierno
en mi papel de villano
si el perro del hortelano,
ese que impide que exista
un gobierno reformista 
¿no se llamará Mariano?

© Javier Suárez Pandiello




1 comentario:

  1. Qué bueno Javier! Qué bueno, de veras!

    Yo mi cabreo político no lo sé expresar en forma de verso como tú, pero lo tengo.
    De verdad que ya les vale.
    Respecto a las alternativas, a los que mencionas, yo no los veo exactamente igual.
    Coincidimos en Iglesias, un villano y un ególatra de tomo y lomo. De buena nos hemos librado de que no pueda firmar el BOE. Por otro lado, si el sorpasso se les ha quedado en "tortasso" pues qué quieres que te diga, que me alegro un montón. A ver si para la siguiente desaparecen.
    Para ello sería necesario que el PSOE recuperara y claro, para eso debería darse cuenta de que tiene UN PROBLEMA GRAVE. Como los alcohólicos, lo primero es reconocerlo, el problema, y luego ponerse manos a la obra. Pedrito el Hermoso, como lo llamo yo, un guaperas con pinta de telepredicador ha sido el protagonista de este fiasco electoral. Pues que lo cambien. Que escuchen a la viejas glorias del PSOE. Comparar a Alfonso Guerra con Pedrito el Hermoso es como comparar a Dios con un gitano. Queda claro quien es el gitano. Y pensar que tras este guaperas de vacío discurso, la gran esperanza del PSOE es una señora que ha tardado 10 años en sacar la carrera de Derecho, y que cada vez que abre la boca pone de manifiesto sus severas carencias para el cargo que ostenta....Y se tuvo que llamar Susana. ¡Vaya por Dios!. Que se lo hagan mirar el PSOE pero ya.

    Y respecto a Albert Rivera, a veces me parece un derroche de sensatez y otras veces, un niñato mimado. Especialmente por la perreta que tiene ahora tras los resultados de junio.
    En fin, estoy harta...en verano cambio de país y no pienso poner un telediario de aquí....a ver si desconecto de tanto político-tertuliano y viceversa.

    Estupendos los versos.
    Envidia sana me da tu blog....igual me hago uno, antes de lo que pensaba porque como decía Guillén, creo que era él, "y se me escapa la vida, como piedra en su caída".-
    Un abrazo.
    Happy summer!
    SAO

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