“…era uno de esos personajes que parecen vivir con el escudo de la familia tatuado en el pecho, y en el de esta familia se leían once palabras ominosas: Vive la vida de suerte que viva quede en la muerte.”
“Soltó una conclusión contundente: «Los trapos sucios se lavan en casa».
Sergio ya había oído esa fórmula muchas veces, y alguna vez la había
pronunciado él mismo. Pero ahora se le revolvió algo en el pecho y tuvo que
preguntar: «¿Y qué pasa cuando en la casa no hay lavadero?».”
“Fausto machacaba cada vez que podía: ¿no era maravilloso este mundo
donde todos eran iguales? ¿No era maravilloso un mundo donde, caminando por la
calle, no pudiera distinguirse al rico del pobre, porque todos vestían igual? «Igual
pero feo», dijo Marianella cuando supo que su padre no la escuchaba.”
«Eres un occidental que habla chino. Eres una fuga de información con
cara y ojos. Y aquí todo el mundo sabe que lo más importante es cuidar el
mensaje.»
“Así pues, hay que escoger amigos y amigas positivas, en lo político,
moral e intelectual. Esto no quiere decir que tengan que ser perfectos, no,
pero sí es indispensable que tengan un aceptable nivel político, que sean sanos
moralmente y que tengan una mentalidad proletaria, aun cuando, naturalmente,
tengan defectos, los cuales ustedes pueden ayudarles a corregir, y ellos los de
ustedes”
«Tu deber era denunciar a tu hermano, y no lo hiciste. Y el partido no
sabe si puede seguir confiando en ti».
“El centro del conflicto eran las luces de los semáforos. Habían
cambiado; fue una decisión de los guardias rojos, y el Regimiento Rebelde no
podía mantenerse al margen. Se trataba de reconocer que el color rojo, símbolo
de los guardias y de la Revolución, no podía seguir indicándole a la gente que
se detuviera, pues para todos ellos era el color del progreso. De ahora en
adelante, el rojo significaría la acción de avanzar; inversamente, el verde
sería la señal para detenerse.”
“Era su palabra contra la de Facebook; era su pobre argumento de pasajero
indocumentado contra la autoridad de Twitter.”
“No hizo la pregunta que había querido hacerle durante meses y que
seguiría dando vueltas en su cabeza muchos años más: ¿en qué momento llegan
unos padres a la convicción de que la revolución puede educar a sus hijos mejor
que ellos mismos?”
“…durante la construcción de la Gran Muralla, en los tiempos de la
dinastía Ming, las autoridades hicieron el descubrimiento invaluable de que
nada frustraba más a los obreros que la sensación de estar metidos en una obra
infinita.”
“Cuando falta la luz y todo es oscuro, solía decir, la única forma de no perder el rumbo es mirar hacia atrás. Así, viendo la luz que hemos dejado, podemos confiar en que otra nos espera."