Algunas citas del libro:
“Mientras hablo, parece que sé mucho, pero en cuanto me callo, roto el espejismo, solo quedan mondas, pellejos, desperdicios. Como lacónicamente anotó en su diario Thomas Mann después de asistir a una conferencia de Lukács: «Mientras hablaba, tenía razón».”
“Lo que le gusta al lector quizá no le gusta al escritor, y lo que al escritor le apasiona al profesor le parece aburrido. El profesor a veces lee por obligación; el escritor y el lector nunca.”
“¡Oh, señor!, a ti me
encomiendo, socórreme en estos momentos de aflicción en que al tomar la pluma
no sé si empuño el látigo o el cetro, lléname la cabeza de fantasías y
concédeme la gracia de encontrar el nombre exacto de las cosas, de hacer
poderosas las palabras humildes, interesante lo vulgar, nuevo lo viejo, de modo
que pueda imaginar lo que nadie ha imaginado antes, y decirlo como nadie lo ha
dicho nunca.”
“Y hablando de esto,
señor, no te canses de recordarme que he de amar los detalles, que con un hilo
se entra en el laberinto, con un poco de cera se sale de él, por una manzana se
pierde un paraíso, por un clavo un reino, y no consientas que me pierda en
abstracciones sino que aprenda a descubrir el valor de lo pequeño y lo
particular, que en su mínimo seno esconde la semilla de todo lo grande y
esencial.”
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