Algunas citas del libro:
“Ni él ni ella podían
decir si esa servidumbre recíproca se fundaba en el amor o en la comodidad,
pero nunca se lo habían preguntado con la mano en el corazón, porque ambos
preferían desde siempre ignorar la respuesta.”
“Unos resentimientos
revolvieron los otros, reabrieron cicatrices antiguas, las volvieron heridas
nuevas, y ambos se asustaron con la comprobación desoladora de que en tantos
años de lidia conyugal no habían hecho mucho más que pastorear rencores.”
“El que no tiene
memoria se hace una de papel.”
“…decía que llegaría a
ser un sabio conocido en el mundo entero, porque era capaz de enriquecer su
alma con la lectura en el paraíso de la salacidad.”
“Eran gentes de vidas
lentas, a las cuales no se les veía volverse viejas, ni enfermarse ni morir,
sino que iban desvaneciéndose poco a poco en su tiempo, volviéndose recuerdos,
brumas de otra época, hasta que los asimilaba el olvido.”
“El viaje le parecía
entonces una prueba más de la sabiduría de su madre, y se sintió con ánimos
para sobrevivir al olvido.”
“Ella yació después un
instante sobre él, resollando sin aire, y dejó de existir en la oscuridad.”
“No se permitió el mal
gusto de un remordimiento.”
“Soy feliz –dijo- porque
sólo ahora sé con seguridad dónde está cuando no está en la casa.”
“Poco a poco, oyéndola
dormir, él fue recomponiendo a pedazos la carta de navegación de sus sueños, y
se metió por entre las islas numerosas de su vida secreta.”
“Le había enseñado que
nada de lo que se haga en la cama es inmoral si contribuye a perpetuar el
amor.”
“Los idiomas hay que
saberlos cuando uno va a vender algo – decía con risas de burla -. Pero cuando
uno va a comprar, todo el mundo le entiende como sea.”
“…era una de los suyos,
y por tanto sabía que él sabía que ella sabía.”
“…el corazón le hizo
entonces una de esas trastadas de putas que sólo se le ocurren al corazón: le
reveló que él y aquel hombre que había tenido siempre como el enemigo personal,
eran víctimas de un mismo destino y compartían el azar de una pasión común: dos
animales de yunta uncidos al mismo yugo.”
“El problema de la vida
pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es
aprender a dominar el tedio.”
“Era un marido
perfecto: nunca recogía nada del suelo, ni apagaba la luz, ni cerraba una
puerta. En la oscuridad de la mañana, cuando faltaba un botón en la ropa, ella
le oía decir: ‘Uno necesitaría dos esposas, una para quererla, y otra para que
le pegue los botones.”
“En el curso de los
años ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabía de que no era
posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo
era más difícil que el amor.”
“Al pobre y al feo,
todo se le va en deseo.”
“Con ella aprendió
Florentino Ariza lo que ya había padecido muchas veces sin saberlo: que se
puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo
dolor, sin traicionar a ninguna.”
“La muerte no tiene
sentido del ridículo.”
“Se dio cuenta de que
había dormido sin saberlo, soñando que no podía dormir.”
“Recuerda siempre que
lo más importante de un buen matrimonio no es la felicidad sino la
estabilidad.”
“No creo en Dios, pero
le tengo miedo.”
“Cuando terminó de
desahogarse, alguien había apagado la luna.”
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