Tonterías

 

Milonga de la estulticia

No es este un daguerrotipo

de personajes estultos,

ni el repertorio de insultos

es siquiera un anticipo.

Hay capitanes de equipo.

Hay corderos entre lobos.

Hay tal número de bobos

que no les haría justicia

definir tanta estulticia

con un sólo estereotipo.

Hoy me acuerdo de un fulano

más propio del pleistoceno.

Un huevón sería en chileno,

un pendejo en mexicano,

un comemierda en cubano,

en lunfardo, pelotudo,

bogólico, gil, boludo,…

mentecato, majadero,

mascachapas, ruin, rastrero,…

mamarracho en castellano.

Cual jugador de parchís

contando dos veces diez,

proclama su estupidez

de vulgar chisgarabís.

Fuma porros de hachís

y colecciona rarezas,

desde rabos de cerezas

a camisas sin botones,

cáscaras de mejillones

y hasta botellas de anís.

De tanto coleccionar,

colecciona impertinencias.

Pretende marcar tendencias

que nadie quiere imitar.

Y si un día por azar

alguien le sigue la pista,

tendrá que graduar su vista…

Es un consejo prudente,

Aunque, “para todo hay gente”,

dijo un torero estelar.

Que la estupidez humana

por todas partes se exhibe

como Cipolla describe

con ironía italiana.

Estupidez provinciana

y también capitalina.

Estupidez clandestina

que tiene sus propias leyes,

afecta a jueces, a reyes

y a clérigos con sotana.

Y no es la imbecilidad

privilegio masculino.

No lo ha querido el destino.

Aquí no hay desigualdad.

Tampoco es cuestión de edad.

Pues encontraremos lelas,

niñas, jóvenes y abuelas,

lo mismo que hay hombres zotes

desde que escriben palotes

hasta la senilidad.

Hay tontos en los conventos

y en las torres de marfil,

zoquetes de vodevil,

necios en los parlamentos.

Imbéciles corpulentos,

con fama de libertinos,

catedráticos cretinos,

egocéntricos atletas,

y presuntuosos estetas

que viven contando cuentos.

Y por mas iconoclastas

que exhiban altivas testas,

bien coronadas por crestas

o engalanadas por rastas,

transgresores entusiastas

ornados con crucifijos,

raperos, góticos, pijos,

metaleros, ultras o emos,

entre todos habrá memos

y entre todos habrá plastas.

También hay quien aparenta

ser tonto de capirote

con tal de seguir a flote

bajo el sol que más calienta.

Mas es simpleza irredenta

y hasta pecado de idiocia

pensar que mientras negocia

en tamaño cautiverio

hay alguien que toma en serio

su conducta fraudulenta.

Simples como Sancho Panza.

Locos como don Quijote.

Todos en el mismo lote.

Todos en la misma danza.

Por exceso de confianza

hay tontos de puro bueno

y hay tontos puro veneno

en esta cárcel de bobos

donde en lugar de inflar globos

vivimos sin esperanza.

© Javier Suárez Pandiello

"España es idiota", por Def con Dos