El bicho
Febrero de 2020.Un bicho llega de China.Llevaba un tiempo rondando,pero nadie lo sabía.Dicen que el bicho es muy malo.Que se mueve muy deprisa.Que destroza los pulmonesprovocando neumonías.Otros piensan que, sin duda,nos pasamos de alarmistas.Que es poco más que una gripe.¡Que exageran las noticias!Mas, en el lejano orienteno se lo toman a risay construyen hospitalesa toque de infantería.Y van cerrando comercios,colegios y guarderíasy sellando las fronteraspara evitar estampidas…Pero el bicho es evasivoy no entiende de balizas.Viaja raudo, no descansa.Está activo noche y día.Se propaga en los mercados,en las pistas deportivas,en ferias y convenciones,bares y cafeterías,en las manifestacionespor las calles y avenidas…Pronto llega hasta nosotrosy se sienta en nuestras sillas,se cuela en nuestras reunionessin esperar bienvenida,se expande por nuestros barrios,en nuestras casas aniday cambia por muerte y dueloel placer y la alegría.Y miramos al Gobierno…Y esperamos que nos digaqué carajo está pasandoque trastorna nuestras vidas,porque, de repente, al cuerpono nos llega la camisa.Sabemos poco del bicho.La Ciencia está dividida,medio mundo compitiendo,en carrera desmedida,por patentar la vacuna,por hacerlo a toda prisa.Mas, pronto nos damos cuenta,y es desgracia colectiva,que esa Sanidad modelode la que se presumíase nos va quedando corta,no nos va a dar la medida.Que el personal sanitarioes tropa mal protegida.que se enfrenta a una galernasin chalecos salvavidasy son cientos los ancianos,que se van sin despedidaen oscuras residenciassin sus personas queridas.¡No se cura una hemorragiaacumulando tiritas!Civiles y militarespor doquier se movilizanpara contener al bicho,para frenar su embestida.Decreta Estado de Alarmael Gobierno y, de esta guisa,asume el mando completo,la estrategia defensiva.El Parlamento lo avala.El país lo necesita.A millones de personasen nuestro hogar nos confina.Controla los aeropuertos,carreteras y autopistas.Cada pueblo, chico o grande,se ve transformado en isla.Prohibidos besos y abrazos,arrumacos y caricias.Son tiempos de alejamiento,tiempos de distancias frías.Cierran colegios y escuelas,cines y peluquerías,tascas, centros comerciales,talleres y factorías,...Cierran los centros de cultosinagogas y mezquitas,iglesias y catedrales,...También los de idolatría…Esos templos del balón,casas de los futbolistas,en los que cada semanacelebraban laicas misas.Se frena la producción.Se para la Economía.Trabajadores y empresasviven una pesadilla.Dejan de entrarles ingresos.Del futuro desconfían.Todos piden desoladosayudas que se improvisanacumulando facturasque habrá que pagar un día.Cada cual desde su entornointenta ordenar sus cuitas,afrontar a su manerala realidad imprevista.Hay quienes echan de menoslas pilas de agua benditay combaten sus receloscon cientos de avemarías.Hay quien se queda enclaustradocon su soledad vacía,por circunstancias aislado,sin ninguna compañía.Otros, en cambio, hacinadosen viviendas opresivassobrellevan sus jornadascon paciencia numantina.Y hay, en fin, quienes recluidosen sus casas con piscinasufren con menos lamentosu libertad restringida.Hay quien lo lleva con calmay hay quien se da a la bebida.Se amplía el teletrabajoy la educación en línea,videoconferencias, whatsapp…¡Viva la tecnología!Y vamos matando el tiempocreando nuevas rutinas.Unos leyendo novelasy otros componiendo rimas,utilizando pasilloscomo pistas deportivas,o saliendo a los balconesa compartir melodías.Otros aspiran a hacersemaestros de la cocina,virtuosos del ukeleleases de la batería.Les afloran de repenteocultas dotes de artista.Y emergen los solidariosque se ofrecen, altruistas,a compartir, generosos,variadas iniciativas.Pero entre tanto no paraese bicho genociday en hospitales y asilosse siguen contando víctimas.En muchas casas rebosanlas lágrimas depresivasy por desgracia no todosbuscan la misma salida.Poco dura la concordia.Poco dura la armonía.Lo que había unido el bicholo separa la política.Gobierno y oposiciónse enzarzan en sus diatribas.Utilizan el dolorcon cargas oportunistas.¡Qué poca complicidad!¡Qué insuficiente empatía!la de quien halla maldado una voluntad torcidaen quien debe pilotardesde las primeras líneas,con información parcial,incompleta, diferida,…una pandemia brutal,una pandemia asesina,llámese doctor Simón,llámese Salvador Illao cualesquier consejerosde cualquier autonomía.Errores de todo tipo,sin duda, cometerían.Deben responder por ellos.Son las reglas conocidas.Imputarles mala fepor las desgracias habidasa causa de ese mal bichoparece carga excesiva.Entre reproches e insultosel país se polariza.En micrófonos y escañoslas pendencias predominanpor más que en todos los frentesel mismo slogan repitan:¡Las peleas para luego!¡Lo primero es salvar vidas!Como matones de barrase retan sus señoríassegregando y componiendopendencieras banderíasque combaten en las redescon inquina enloquecida.Y es que resulta muy fácilsacarlos de sus casillas.Twitter es un vertedero,un contenedor de insidiasdonde campan a sus anchaslas peores compañías.Y en los medios, mercenariosque se dicen periodistasafianzan en sus trincherasmás consignas resentidas.Decisiones adoptadas,actos que se fiscalizan,omisiones voluntariase intromisiones convictas.Todo es juzgado conformeal origen de las siglasy depende, por supuesto,del cristal con que se mira.Sucias intoxicaciones,toneladas de mentiras…¡Qué escasa la informaciónentre tanta letra escrita!Mal se protegerá un árbolquitándole clorofila,secándole las raíces,haciendo del tronco astillas,de las astillas, un fuego,y del fuego unas cenizas.Y a pesar de tanto ruidoy de tanta tremolinala gente disciplinadasigue siendo mayoríay poco a poco notamoshora a hora, día a díaque el bicho ya retrocede,frena su furia homicida.Ya vamos desentrañandola jerga de las cursivas:las curvas que se doblegany se aplanan en seguida,los ERTE, los PCR,las etapas sucesivaspara la desescaladaque se hará sin símetría,…Ya se ve el final del túneltras la larga travesía.Ya nos vemos recobrandola libertad suspendida,que en la noche más oscurasiempre hay una luz prendida.Y retomamos las calles,vamos al bar de la esquina,Y nos reunimos de nuevolos amigos, la familia…Y ansiamos esperanzadosresucitar la alegría,deseando que retornenverbenas y romerías.Poder mirar al pasadocon el alma conmovida,el humor recuperadoy la piel encallecida,pero habiendo despertadode esta larga pesadilla.La nueva normalidades como la denominan,con calles a rebosarde gente con mascarillasque muestran sólo al amigosus iris y sus pupilas.Distanciamiento social,una nueva economía,refuerzo en la Sanidady nuevas formas de vida.De la gestión de la crisiscuentas deben ser rendidas,por el Gobierno Centraly por las autonomías,para así poder premiarbuenas prácticas habidasy también penalizarlas pifias y las mentiras.Pero el bicho sigue aquí.Su amenaza sigue viva.Es cosa nuestra evitaruna dura recaídaque nos haga desandarla distancia recorrida.No cabe la marcha atrás.Ya no lo resistiríannuestros nervios encharcadosde consumir sin medidaquintales de valerianay toneladas de tila.Que, aunque la vacuna tarde¡hay que rescatar la vida!© Javier Suárez Pandiello
Lo has descrito perfectamente. Importante, hay que rescatar vidas. Felicidaddes!!!
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