San Valentín
al que hizo mártir un emperador,
resulta ser patrono del Amor.
Cupido lo eligió de mensajero.
Cupido lo eligió de mensajero.
El santo del catorce de febrero,
mercante del cariño, estafador,
que pone en venta un beso y una flor.
Amar, después. Vender es lo primero.
Ídolo de los amos del mercado,
es actor de teatro retirado
del que no se conoce palmarés.
Es conductor de un tren descarrilado,
beato, de los cielos desterrado,
un santo al que sólo ama El Corte Inglés.
© Javier Suárez Pandiello
Odio San Valentín, por Los Cretinos
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