Algunas citas del libro:
“Cuando se finge el
amor se corre el riesgo de llegar a sentirlo, quien parodia sin las debidas
precauciones acaba siendo víctima de su propia astucia.”
“¿Me entenderán ustedes
si les digo que cuando más se dice es no diciendo nada?”
“Somos como los demás
nos ven, de acuerdo. Pero yo me resisto a aceptar tamaña injusticia.”
“La ironía me parece un
potente artefacto para desactivar la realidad.”
¿Es que de verdad
existe lo real? ¿De verdad se puede ver algo de verdad?”
“‘Nada’, respondería,
‘sólo quería deciros que he visto de verdad la sangre de Trotski.’”
“Me gusta tanto lo que
hay en París que la ciudad no se me acaba nunca. Me gusta mucho París porque no
tiene catedrales ni casas de Gaudí.”
“En todo caso, si algo
había aprendido era que nunca hay que salir de viaje con una persona a la que
no amamos.”
“La ironía es la forma
más alta de la sinceridad.”
“Mi miedo a la Bestia
quedó en eso, quedó en un helado de fresa.”
“Porque también es bien
sabido que tanto Dios como el Diablo han mostrado últimamente con creces no
tener nada de perfectos y sí mucho de torpes, se les ve a menudo llegar tarde
al teatro de sus operaciones.”
“Andaba por las calles
de mi barrio como un triste fantasma y descubrí de pronto lo poco elegante que
podía ser la deseperación, sobre todo si el desesperado era un fantasma, un
muerto.”
“Si no era elegante
querer morirse, aún menos lo era estar muerto y pasear por los lugares donde
estuviste vivo.”
“Como dice el proverbio
chino, ningún hombre puede impedir que el pájaro oscuro de la tristeza vuele
sobre su cabeza, pero lo que sí puede impedir es que anide en su cabellera.”
“Después de todo, para
estar desesperados tenemos toda la eternidad.”
“Fui al país donde las
cosas no tienen nombre y donde no hay dioses, no hay hombres, no hay mundo,
sólo el abismo del fondo.”
“‘La Revolución’, dijo
él entonces, melancólico, ‘me recuerda la definición que de la vida nos daba
siempre un amigo de mi familia, el doctor Gottfried Ben. La vida, nos decía ese
doctor, dura veinticuatro horas y a lo sumo fue una congestión.’”
“Nadie va muy lejos
cuando conoce la felicidad de volver a entrar en su casa.”
“Creí advertir de
pronto, bajando aquellas escaleras, esa necesidad que tenía de las palabras y
también la de que éstas pudieran resultarme útiles para distanciarme del mundo
real.”
“Pero procura, añadió,
ser lo más verídico que puedas, que se te pueda ver a ti de verdad. Y a mí, si
es posible, de mentira.”
“Y es que, como dice
una máxima francesa, no hay nadie tan inteligente que pueda saber todo el mal
que hace.”
“Es curioso que casi
nadie acepte consejos y en cambio sí acepte dinero, será que el dinero es más
valioso.”
“Una noche tuvo un
sueño extraño: soñó que la desvalijaban, que vaciaban su apartamento en
Trouville y que, para colmo, le robaban incluso las vistas al mar.”
“Aunque también podría
decirse que el viejo es de los que saben que tres personas pueden guardar
perfectamente un secreto siempre y cuando dos de ellas estén muertas.”
“Porque conocería la
melancolía de regresar a donde nunca estuve. Porque iría a lugares en los que
ya habría estado antes de haber ido nunca, ciudades en las que ya habría estado
antes de estar jamás.”
“Desde hace un año eres
mi obsesión, le habría dicho por ejemplo.”
“Para qué la vida, para
qué escribir sobre una asesina, para qué los ojos de Adjani, para qué mis
padres, para qué Hemingway, para qué París, para qué todo, Dios mío, para qué.”
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