Héctor Abad Faciolince - Tratado de culinaria para mujeres tristes

El autor: http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9ctor_Abad_Faciolince

Reseña: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/04/02/actualidad/1364912016_433925.html

Algunas citas del libro: 

“Desconfía de mí, no cocines mis pócimas si te asalta la sombra de una duda. Pero lee este intento falaz de hechicería: el conjuro, si sirve, no es más que su sonido: lo que cura es el aire que exhalan las palabras.”

"Sólo los buenos poetas nos curan la llenura de palabras. Sólo la comida simple y esencial nos cura los hartazgos de la gula."

“La única noche, dijo alguien, es la del desvelo, la noche pasada en blanco. No se guarda memoria de las noches dormidas.”

“Eso de maridarse es una lotería. Los más apuestos jóvenes se vuelven barrigones poco antes del tercer aniversario. Dictadores ociosos, tiranos insaciables, indiferentes lelos que leen el periódico y ven televisión. Los príncipes azules son escasos de veras.”

“Pon bloc y lapicero en tu mesita de noche, pues lo que has de soñar será digno de apuntarse antes de que lo olvides. No consultes intérpretes de sueños, que te confundirán, sólo tú entiendes, si acaso, lo que tienes dentro.”

“El adulterio es la sal del matrimonio. Es decir que cierta dosis de adulterio es necesaria para no aburrirse mucho, para que no se vuelva soso el yugo conyugal que ata a las esposas con los maridos.”

“No todos los adulterios se cometen de la cintura para abajo. Bien lo saben los padres de la iglesia: también cometemos adulterio en nuestro corazón. Nada más cierto: en nuestro corazón, en nuestra imaginación, en nuestros sueños. Y de vez en cuando, algunas atrevidas, en la realidad.”

“El trabajo es el escondite que hallaron los hombres para no vivir según un ritmo más humano y más decente. Es su manera de poder estar solos sin tener que decir que quieren estar solos.”

“Hasta no dar un beso profundo y prolongado no sabrás si el que te gusta te gusta hasta la muerte.”

“Témele a tu hermana, a tu mejor amiga, y témele también y por supuesto, a la desconocida. Y desconfía de la que menos desconfianza te inspire, y conjura el influjo de la bruja, hierve la sangre de la vampiresa, horrorízate con la lasciva sonrisa que usa la coqueta.”

“Porque los celos, dijo alguien, son un ladrar de perros que atrae a los ladrones. Y tienen además su parentesco con la cobardía, que mata tantas veces antes de la muerte. El celoso es cornudo antes de tiempo, por creer sospechas y negar verdades, como dijo un poeta. Como un hipocondríaco ve síntomas en todo. Y lo curioso es que la verdad, la certidumbre, produce menos dolor y menos rabia que la simple sospecha.”