Doña Violante y el Mester de Clerecía
Esta cuaderna vía no la exigió Violante.
Tetrástrofo, lo llaman, monorrimo elegante.
Versos alejandrinos y rima consonante.
Construyes hemistiquios, cesura y… adelante.
No es prueba de pericia, ni es orden de una jefa.
Aunque haya a quien le agrade hacerle mofa y befa.
Su métrica pausada no admiten sinalefa,
mas sí agregar permite adornos cual cenefa.
Se trata de cuartetos con rima repetida,
que, aunque parezca raro, no resulta aburrida.
No es para recitarlos después de una comida,
salvo demanda expresa de “dama distinguida”.
Me puse a elaborarla como divertimento.
Nada de clerecía, muy poco sentimiento,
ninguna hagiografía, ningún triste lamento…
y parece que sale. Es para estar contento.
Al toro por los cuernos en corto y por derecho.
Los campos abonados no precisan barbecho.
A ello me puse y… bueno, parece que ya está hecho.
En fin, que por lo dicho, me siento satisfecho,
Ya la estoy terminando. La miro y la releo.
Muy mal no me ha quedado. Lo veo y no lo creo.
¿Qué no te gusta, dices? ¡Mira que me mosqueo!
¡Esto no lo mejora Gonzalo de Berceo!
© Javier Suárez Pandiello
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